Se autoconvocaron para reparar todo aquello que estuviera a su alcance, mientras el grueso de las rerapaciones eran llevadas adelante por el GCBA, los socios y simpatizantes se encargaron de pintar todo el estadio por primera vez, dando lugar a una faceta nunca vista para el Estadio, embanderando la totalidad de las gradas con los colores de la bandera de España. Se enfrentaban por un lado integrantes del mítico Súper Dépor, que recibía diez años después un merecido homenaje, y, por otro lado, una selección de jugadores que desde los años 60 hasta el momento defendieron en algún momento los colores blanquiazules.