 Cuando todo hacía indicar una fácil victoria para el conjunto merengue, apenas 10 minutos después un delantero habilidoso y menudo, desconocido en España pero una estrella en su país natal, Brasil, anota el 1-2 en el marcador. Esta final también se recuerda por una imagen del portero Quique celebrando el triunfo sentado sobre el larguero de una de las porterías.
 Cuando todo hacía indicar una fácil victoria para el conjunto merengue, apenas 10 minutos después un delantero habilidoso y menudo, desconocido en España pero una estrella en su país natal, Brasil, anota el 1-2 en el marcador. Esta final también se recuerda por una imagen del portero Quique celebrando el triunfo sentado sobre el larguero de una de las porterías.






