A partir de ahí el Dépor logra muy buenas sensaciones con un 5-1 a la Real Sociedad en Riazor (que en aquel momento era uno de los mejores equipos de La Liga Santander en cuanto a juego); una derrota por 3-2 en el Santiago Bernabéu, aunque mereciera más y con un arbitraje injusto, y una victoria (2-0) ante Osasuna en Riazor, que hace que el equipo coja ánimo ante el mal inicio de temporada.